¿CUÁL ES EL ORIGEN DE HALLOWEEN? RECOMENDACIONES PARA TUS DISFRACES
El 31 de octubre es una fecha cada vez más celebrada en nuestro país, especialmente por los más pequeños, que se lo pasan en grande disfrazándose o celebrando fiestas con motivo del día de Halloween.
Pero, dejando a un lado la emoción que nos produce este día, ¿te has preguntado de dónde nació la tradición de disfrazarse con ese tipo de atuendos?
Si bien los disfraces que usamos hoy en día son el resultado de una mezcla de culturas y tradiciones de todo el mundo, se cree que su origen se remonta a la celebración celta de Samahain. En esta fiesta, llevada a cabo al inicio de la “temporada oscura” (entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno), los celtas creían que el mundo de los humanos estaba expuesto ante los dioses, por lo que se disfrazaban para engañarlos y evitar que les enviaran desgracias. También se creía que los muertos venían a este lado de la realidad para visitar a sus familiares. Algunos vivos temían que los muertos con los que tuvieran alguna cuenta pendiente pudieran vengarse de ellos, así que se colocaban máscaras y atuendos para que no les reconocieran. Si, por alguna razón, alguien olvidaba disfrazarse, había una forma de exorcizarlos: haciendo con ellos un trato de comida y fruta y dándole cobijo para la noche. Si el espíritu quedaba contento con el trato, no harían truco arrojándole un hechizo maligno. Los druidas en Irlanda recorrían los barrios la noche del 31 de octubre para recoger ofrendas para sus espíritus. A quienes daban se les prometía buena suerte, pero a quienes lo no hacían, se les lanzaban amenazas de todo tipo.
No es difícil reconocer las semejanzas entre esas antiguas celebraciones de los celtas y las costumbres aparentemente ingenuas de la celebración de Halloween en la actualidad. Los disfraces hoy son más variados y las visitas a las casas pidiendo dulces con la frase “truco o trato” con la amenaza de hacer travesuras a aquellos que se atrevan a no dar, nos recuerdan a los recorridos de los druidas.
A los niños les encanta disfrazarse, pero para que esta noche sea perfecta lo que no puede faltar es la seguridad, por ello te hacemos una serie de recomendaciones para adquirir disfraces y complementos seguros.
Los disfraces para niños menores de 14 años se consideran juguetes, por lo que el etiquetado debe incluir nombre y marca del producto, datos de identificación del fabricante, importador o distribuidor, figurar la marca CE, la edad recomendada, además de las instrucciones y advertencias de utilización e incluir el etiquetado en español. Para evitar el riesgo de estrangulamiento, se prohíbe que contengan cordones en la zona del cuello en los disfraces destinados a menores de 7 años. Es importante, a su vez, que el disfraz no esté realizado con materiales inflamables.
Se recomienda adquirir los disfraces en sitios de confianza y, si se detectan irregularidades que puedan afectar a la seguridad, se debe poner en conocimiento de las instituciones y organizaciones de consumo a fin de valorar el riesgo y, en su caso, incluir el producto en la Red de Alertas de Productos de Consumo, un sistema europeo de intercambio rápido de información cuyo objetivo es detectar de la manera más ágil posible artículos inseguros con la finalidad de poder adoptar medidas que impidan su comercialización.
Por último, solicitar siempre y conservar el justificante o factura de compra, documento necesario para poder presentar cualquier reclamación o denuncia ante posibles incumplimientos de los derechos que asisten a los consumidores y usuarios.
Y ahora que hemos aprendido algo de historia y algunas recomendaciones sólo nos queda desearos un ¡feliz Halloween!
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