Día de San Sebastián: la Tamborrada y Afede Lagunen Danborrada
Cada 20 de enero Donostia-San Sebastián celebra la Tamborrada, la fiesta de su patrón, un día grande que Afede San Sebastián vive como ningún otro, con gran ilusión y dedicado a los más pequeños.
Todo empieza a las 12 de la noche del 19 de enero
La fiesta comienza a las 00:00 en la Plaza de la Constitución, la sociedad gastronómica Gaztelubide ha sido la encargada durante décadas de contar con el privilegio de inaugurar la fiesta haciendo sonar tambores y barriles a las doce de la noche mientras el alcalde iza la bandera de la ciudad y todos los asistentes entonan la Marcha de San Sebastián.
Una vez que se ha inaugurado la tamborrada, las sociedades que participan cada año recorren las calles por turnos tocando las piezas escritas por el compositor Raimundo Sarriegi en 1861. La letra del tema principal, la Marcha de San Sebastián es obra de Serafín Baroja. Las tamborradas participantes solamente pueden tocar 12 piezas escritas en su mayoría por el propio Sarriegi, de las que seis son obligatorias y el resto cada sociedad decide si la incluye en su repertorio o no.
24 horas ininterrumpidas donde por todos los barrios de Donostia se escuchan los tambores y barriles. Hay tamborradas que comienzan de madrugada, otras por la mañana temprano y las hay que tienen su turno de salida por la tarde. Lo hacen desde las sedes de sus sociedades gastronómicas o culturales y desfilan por las calles cercanas, deteniéndose de vez en cuando para cantar la Marcha de San Sebastián.
Historia de una fiesta
El día de San Sebastián se celebra desde finales del siglo XVI, pero hasta mediados del siglo XIX no se celebró la tamborrada. Según algunos historiadores, la primera tamborrada se celebró en 1836, en plena Guerra Carlista. A finales del siglo XVIII y principios del XIX, debido a algunas guerras, numerosas tropas andaban por Donostia-San Sebastián; se cree que la tamborrada comenzó porque los ciudadanos imitaban a esas tropas.
Al parecer, los panaderos acudían cada mañana a por agua con sus barricas a las fuentes que había en la Parte Vieja. Allí iban también los trabajadores y amas de casa de la zona. Cerca de esas fuentes pasaban los soldados que iban al cambio de relevo, al ritmo de los tambores. La gente que estaba en las fuentes imitaba esos tambores, tocando sus barricas.
El 20 de enero de 1836, un grupo de jóvenes recorrió las calles disfrazados e imitando al grupo de soldados con sus tambores, al parecer a ellos se les unieron los que estaban en la fuente. Desde entonces data la costumbre de andar desde por la mañana tocando los tambores y recorriendo las calles de la ciudad. Al principio cada cual se disfrazaba como podía, más tarde se disfrazarían con uniformes de la época de Napoleón. A medida que se fue ampliando el número de participantes en la tamborrada, se dio entrada a otras compañías con otros uniformes.
Las sociedades gastronómicas, las mujeres y los niños
Por su parte, la figura de los cocineros es relevante por el hecho de que la mayor parte de las sociedades que participan en la tamborrada son gastronómicas, de ahí que se adoptara además del militar, el típico atuendo de los cocineros.
No fue hasta 1980 cuando las mujeres comenzaron a participar, ya que hasta entonces solamente podían hacerlo como cantineras en los desfiles. A partir de ese año sin embargo, comenzaron a aparecer las tamborradas mixtas. La razón no es más que una extensión a la fiesta de la limitación de acceso de las mujeres a las sociedades gastronómicas.
Los más pequeños tienen también su turno cada año, hacia las doce de mediodía, cuando forman la tamborrada más grande (participan unos 5.000 niños) y tocan al unísono.
Como vemos, con el paso de los años, nuestra tamborrada ha dado pasos de gigante en muchos aspectos. De ser un festejo de participación exclusivamente masculina, ha pasado a ser un festejo inclusivo en el que puede tomar parte en igualdad de condiciones quien lo desee sin que se tenga en cuenta su género. De ser un festejo restringido a las sociedades populares ha pasado a ser una fiesta que reúne a personas con intereses comunes, interesadas por un mismo tema,… alrededor de un tambor. Una fiesta en la que niñas y niños, jóvenes y personas adultas disfrutan conjuntamente.
El honor de dar por finalizado el día corresponde también, año tras año a la sociedad más antigua de San Sebastián: Unión Artesana, en la misma plaza donde justo 24 horas antes Gaztelubide inauguraba la tamborrada. Un momento de gran emoción para los habitantes de San Sebastián, que guardarán sus tambores hasta el año siguiente.
El tambor de oro
Cada año en el Ayuntamiento se otorga esta distinción a personas físicas o jurídicas que hayan contribuido a la consolidación de una imagen positiva y a la promoción de la ciudad. El primer galardón se entregó en 1967. Puede suceder también que quede desierto o que sea entregado a más de una persona.
Cómo vivir la fiesta
La tamborrada se vive en la calle. No hace falta ser vecino ni pertenecer a una sociedad para disfrutarla y ser parte de ella. De hecho, no todos los donostiarras pertenecen a las sociedades que salen desfilando. Durante toda la noche del 19 al 20 de enero y todo el día grande, las calles de todos los barrios (Lo Viejo, Gros, Amara...) están repletas de no solo locales sino turistas que se acercan a vivir la tamborrada. Podemos hacernos con un folleto donde se indique los recorridos de cada tamborrada, pero no nos hará falta más que nuestro oído para seguir el sonido de los tambores y verlos desfilar por las calles de cada barrio.
Para disfrutar de la gastronomía, como no puede ser de otro modo en San Sebastián, hay ir a sus famosos bares de pintxos. Si los socios se reúnen en las sociedades (a las que no se puede entrar si no somos invitados por algún socio), el resto de donostiarras lo hace en los bares y restaurantes de la ciudad, mezclándose con turistas y visitantes.
Afede San Sebastián y nuestra tamborrada infantil
Nuestra pequeña tamborrada, nace en 2017 con el objetivo de cumplir el sueño de todos esos niños que, por ser tan pequeños, no podían participar activamente de la gran fiesta de la ciudad. Recorridos demasiado largos y mínimos de edad que les quedaban aún demasiado lejos, pero, su ilusión era tan grande que no podíamos dejarla pasar. De esta forma la juguetería Afede de San Sebastián junto con dos padres del barrio de Gros conseguimos dar vida a esta tamborrada infantil. Una tamborrada adaptada a nuestros pequeños, con un recorrido especial de unas 2 horas y descanso con merienda para coger fuerzas a mitad del recorrido. El camino no fue fácil, pero ver la cara de felicidad de todos los niños el 19 de enero de 2017 en nuestro primer desfile, fue la gran recompensa a dos años trabajo y esfuerzo. Desde entonces, cada 19 de enero, nuestros pequeños desfilan orgullosos y tocan emocionados para decirle al mundo que son los más grandes. Te esperamos este año en su cuarta edición.
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