EL BAÑO DEL BEBÉ, UN MOMENTO ESPECIAL
EL BAÑO DEL BEBÉ, UN MOMENTO ESPECIAL
El baño es uno de los momentos más especiales para disfrutar con tu bebé. De hecho, suele ser el momento del día preferido por la mayoría de los padres. Sin embargo,al principio es normal sentirse temerosos e inseguros a la hora de bañar al recién nacido.
Esperamos que este artículo sirva a las mamás y papás primerizos o a aquellos que pronto van a serlo para disfrutar de este momento especial con su hijo o hija.
Los beneficios del baño para el bebé
¿Sabías que el baño no es solo un momento de higiene sino que ayuda al desarrollo de tu bebé? El momento del baño con nuestro pequeño conlleva muchos otros beneficios que van más allá del aseo.
Es una estupenda oportunidad para poder transmitir a tu hijo sensaciones de bienestar. Estar sumergido en agua cálida relaja y agrada al bebé y, hacerlo todos los días a la misma hora, como por ejemplo, antes de cenar, le proporciona el ambiente adecuado para disfrutar de un buen descanso nocturno.
-
Genera un vínculo especial entre los padres y el bebé: el baño es un momento ideal para compartirlo en familia. La mamá, el papá, el bebé incluso el hermano o hermana mayor pueden participar en este momento tan especial. Acompañar al bebé durante el baño fortalece el vínculo afectivo y refuerza los lazos. El bebé se siente protegido y seguro.
-
Favorece su crecimiento cerebral: la habilidad mental, los reflejos y la capacidad de recepción se incrementan durante el baño al estar en contacto con texturas que le permiten sentir diferentes sensaciones como por ejemplo el agua caliente, el jabón, la toalla, la esponja…
-
Favorece el desarrollo del habla, el oído y la capacidad de observación: el baño es un momento perfecto para que le hables, le sonrías, le hagas un pequeño masaje, le cantes canciones…
-
Ayuda a conciliar el sueño: especialmente si lo bañas durante la tarde-noche y siempre sobre la misma hora. El agua relaja los músculos, además provoca sensación de bienestar corporal y frescura que ayudará al peque a dormir mejor. Es importante establecer una rutina para el baño.
-
Mejora su salud: bañar al bebé a diario o cada dos o tres días ayudará a prevenir enfermedades e infecciones, además, le ofrecerás una sensación de frescor y relajación que le encantará.
Baños de esponja
Baña a tu recién nacido solamente con esponjas hasta que se le caiga el muñón del cordón umbilical, lo que ocurre más o menos una vez transcurridas entre una y dos semanas de vida.
Hasta entonces, puedes dar baños de esponja, igual a un baño común, salvo que no se sumerge al bebé en el agua.
Ten a mano el recipiente (palangana) con agua, un paño húmedo para el baño enjuagado en agua sin jabón, una toalla seca y cualquier otra cosa que pudieras necesitar antes de comenzar.
Apoya al bebé sobre una superficie que sea cómoda para ambos: un cambiador, una cama o una mesada junto al lavabo pueden servir. Convierte en mullidas las superficies duras con una manta o una toalla. Si colocas a su bebé en una superficie elevada, mantén una mano sobre el bebé en todo momento para evitar caídas.
Comienza por lavar la cara. Usa el paño húmedo para lavarle la cara, con cuidado de que no le entre agua en los ojos ni en la boca. Luego, introdúcelo en la palangana con agua antes de lavarle el resto del cuerpo; por último, lava la zona del pañal.
Mantén al bebé calentito. Durante el baño de esponja, envuelve a tu bebé en una toalla seca y descubre solo las partes del cuerpo que estés lavando en ese momento. Presta especial atención a los pliegues debajo de los brazos, detrás de las orejas, alrededor del cuello y, en particular en las niñas, la zona genital.
El primer baño
Una vez que la zona umbilical haya cicatrizado, puedes probar a meter al bebé directamente en el agua. Los primeros baños deben ser tan delicados y breves como sea posible. Tal vez proteste un poco. Si esto ocurriera, vuelve a los baños de esponja durante una o dos semanas y después inténtalo nuevamente, por lo general, los bebés dejan claro cuándo están listos.
No es necesario un baño completo cada día. En los primeros meses el bebé apenas se ensucia (excepto la zona del pañal) y, como indican los profesionales pediátricos, la piel sana tiene sus propios mecanismos de autolimpieza. Además, cuanto más pequeño es, más corto debe ser el baño (unos cinco minutos bastarán). Y es que el abuso de jabones y la excesiva temperatura, frecuencia o duración de los baños favorecen la aparición de sequedad cutánea o de irritaciones en la piel. Por supuesto, conforme tu hijo vaya creciendo será necesario bañarlo más a menudo.
El baño paso a paso
-
Antes de desvestir al bebé, asegúrate de que la temperatura ambiente del cuarto de baño es cálida y oscila entre los 23 y los 25 ºC. Después, comprueba que la bañera está limpia y llénala con agua tibia. El agua debe estar a la temperatura corporal, es decir, entre los 35 y los 37 grados centígrados. Puedes utilizar un termómetro de baño o, si lo prefieres, utilizar el codo o la parte interior de la muñeca para comprobar que la temperatura es la apropiada.
-
Ten todo lo necesario preparado. No hay que dejar al niño solo ni un momento, por lo que habremos de dejarlo todo a mano para no tener que salir del baño.
-
Desnuda al bebé y limpia la zona del pañal antes de introducirlo en la bañera suavemente. Vigila que mantienes bien sujeta su cabeza. Las bañeras pequeñas o los adaptadores son ideales para los primeros meses. Si realizas el baño tú solo, coloca un brazo a su espalda de manera que el bebé apoye su cabeza en el antebrazo, sosteniéndolo por la axila y hombro. El bebé queda semiincorporado y bien sujeto.
-
Con la mano libre, inicia el lavado desde arriba hacia abajo, empezando por la cabeza y acabando por los genitales. Presta atención a las zonas que hay que revisar especialmente porque suelen acumular suciedad o sudor como el cuello y la zona de la piel con pliegues (axilas, muslos, ingles…)
-
Utiliza un jabón neutro para la delicada piel del bebé. Probablemente no tenga demasiado pelo para tener que emplear champú, recuerda que no todos los cosméticos son adecuados para su piel y se desaconsejan lociones, champús y talcos.
-
Antes de sacarle del agua, aclárale las partes del cuerpo que no están sumergidas. Deja la cabeza para el final, pues es lo que menos les suele gustar.
-
Al sacarle del agua, igual que al meterle, es esencial sujetarlo con firmeza con una mano bajo la nuca y la otra a la altura del culete. Si te quedan restos de jabón en las manos, intenta aclararlas antes para que no resbalen.
-
Para secarlo, túmbale sobre el cambiador y envuélvele rápidamente para evitar que se enfríe. Sécale sin frotar, insistiendo mucho en los pliegues. Si le has lavado la cabecita, sécala también con la toalla muy suavemente.
-
Ponle el pañal y vístele antes de que coja frío.
Juegos y actividades para realizar durante el baño
Si a tu bebé le gusta el baño, puedes dejarlo un rato más en el agua para salpicar y jugar. Cuanto más se divierta tu hijo en el baño, menos miedo le tendrá al agua. El baño debe ser una experiencia relajante y calmante; no te apresures salvo que el bebé no esté a gusto
Los bebés más pequeños no necesitan juguetes para el baño, ya que el solo hecho de estar en el agua es suficientemente divertido. Sin embargo, una vez que el bebé tenga la edad apropiada, los juguetes pasan a ser fundamentales. Los recipientes, juguetes flotantes e incluso los libros impermeables son distracciones muy buenas para ellos. Juega con él, es divertido y además favorecerá su desarrollo cerebral.
Celebra los logros que consiga tu pequeño durante el baño, por ejemplo, si aprende a estrujar la esponja o hacer flotar el juguete. Demuéstrale que es inteligente y motívale.
Háblale y haz sonidos mientras lo estás bañando, por ejemplo, dile que el pato de goma flota, o haz ruidos como “plof plof” al chapotear. Intenta que repita lo que haces para que aprenda nuevas palabras y conceptos.
También puedes cantarle o poner música durante el baño. Además de relajarse le estarás favoreciendo su desarrollo cerebral.
Señala las diferentes partes de su cuerpo a medida que las lavas o las secas. Aprenderá a reconocerlas y cómo funcionan.
Acurrúcate con tu bebé después del baño y compartid un momento de relajación y conexión. Le ayudará a sentir que es amado.
Artículos básicos para el aseo de tu bebé
-
Bañera: en los niños de entre 0-6 meses se recomienda bañarlos en una bañerita de bebé. A partir de los 7 meses puedes utilizar la bañera de adultos para lavar a tu hijo con ayuda de un asiento de baño, si lo prefieres, para que esté más cómodo.
-
Toallitas húmedas y esponjas naturales para el baño del bebé: para las partes íntimas y sensibles del bebé, es aconsejable utilizar diferentes esponjas y toallitas húmedas a las usadas en el resto del cuerpo para limpiar adecuadamente al bebé.
-
Gel de baño: es importante que sea neutro para que no pueda dañar la piel y partes húmedas de tu bebé, como los ojos.
-
Juguetes para el baño: durante los primeros meses el bebé tendrá distracción suficiente con el agua, pero, como ya hemos comentado, aproximadamente a partir de los 8 meses puedes introducir juguetes de baño.
-
Alfombra de baño, ya que colocándola en el fondo de la bañera evitarás resbalones y toalla.
-
Jarra para enjuagar: puedes usarla para mojar al bebé y quitarle el jabón restante, además de ser un objeto divertido para pasar un buen rato.
Recuerda que saber lo básico puede transformar la hora del baño en una tarea muy sencilla. Simplemente asegúrate de que tu bebé esté cómodo y seguro en ese momento y no olvides disfrutar intensamente todas las experiencias que la ocasión te ofrece.
Comentarios
Deja tu comentario